¿Cuál es el límite entre la libertad de expresión y los discursos de odio?: El concepto de feminazi en el lenguaje.Por Jesica Gindin

13.08.2020

Djamila Ribeiro (2018) una intelectual brasileña contemporánea, se pregunta en su libro ¿Quién tiene miedo al feminismo negro?, si existe un límite entre el odio y la libertad de expresión. Esto conlleva a una línea divisoria muy frágil entre lo que se está permitido decir y hacer.

La palabra, ya sea oral o escrita, es una parte fundamental del fenómeno de la comunicación humana, circula en diferentes medios, formatos y espacios, es apropiada, se hace tangible y se vuelve una herramienta discursiva con un fin claro: comunicar un mensaje.

El concepto de feminazi se ha instalado en nuestra sociedad en los últimos tiempos y nos duele. Su discurso de odio está presente. Relacionado a la muerte, hostigamiento, castigo y dolor. ¿Se sabrá realmente cuál es el significado de este anacronismo que une dos movimientos políticos y formas de ver el mundo disidente?; ¿Cuál es el sentido? ¿Cuál es su fundamento? ¿Por qué tanto odio?

Desde la edad moderna, las mujeres se han organizado para cuestionar la naturalidad de los roles, politizando la vida cotidiana e imponiéndose con reivindicaciones novedosas para la época, de allí surge el feminismo. Impertinente de nacimiento, como sostiene Nuria Varela, hoy en día se mueve entre el desconocimiento y la descalificación. Por eso, es necesario clarificar algunos conceptos.

El feminismo en su pluralidad de voces y de sujetos políticos ha ido tomando formas de hacer distintos, aunque relacionados entre sí. La española, Ana Miguel Álvarez (2007) menciona tres tipos de hacer: a) como teoría crítica de la sociedad, posibilita una nueva visión, una nueva interpretación de la realidad; b) como movimiento social y político viabiliza en su diversidad el protagonismo de mujeres y disidencias constituyendo el sujeto político nosotres, logrando un funcionamiento abierto y trascendiendo las discrepancias ideológicas; y por último c) como práctica cotidiana, entendida como forma de entender y vivir la vida cotidiana , que implica un proceso individual de cambio y "ajuste de cuentas "con la tradición.

Desterrando mitos

¿Por qué se relaciona a los feminismos con la búsqueda de supremacía de las mujeres por sobre los hombres?; ¿Por qué se utiliza el concepto de "ideología de género" como estrategia discursiva para desestabilizar las reivindicaciones de un colectivo? La respuesta es simple, desafían los poderes establecidos. La toma de conciencia feminista cambia inevitablemente la vida de las personas y revoluciona la manera de estar en el mundo.

Entonces... ¿Qué tiene que ver el feminismo con el nacionalsocialismo de Alemania?; ¿Cuál es el punto de encuentro entre el feminismo y el nazismo? Simplemente no existe. El concepto fue acuñado en los años 90´en los Estados Unidos, por un locutor y comentarista estadounidense para desacreditar el trabajo de los movimientos de mujeres que se organizaban por la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo, catalogandolas de "feministas radicales" con un sentido peyorativo y haciendo alusión a una excesiva beligerancia o fanatismo como la palabra radical podría sugerir. Esta corriente, según el Diccionario de Transgresión Feminista (2012) se centra en el análisis de las relaciones de poder que construye la supremacía masculina y organiza todas las sociedades actuales. Las variadas vertientes del feminismo radical, proponen diversas estrategias o maneras de derrocar al patriarcado pero todas propugnan una reorganización de la sociedad que no esté basada en roles de género ni en la idea de la superioridad o inferioridad de cualquiera de los sexos así como en la eliminación de estereotipos o prácticas culturales basadas en esas ideas.

El poder de nombrar, de crear y de definir las palabras, las reglas gramaticales de un lenguaje determinado,proporciona identidad y referencia en la cultura. El poder de la palabra es el poder de elegir los valores que guiarán a una determinada sociedad pero más aún, es el poder de crear una realidad ya sea por omisión o acción. Nosotras nos inclinamos por la segunda opción. El feminismo como movimiento múltiple dice Verónica Gago (2019) tiene una mística, trabaja desde los afectos y las pasiones, abre campo espinoso del deseo , de las relaciones amorosas, de los enjambres eróticos, del ritual y de la fiesta y de los anhelos más allá de sus bordes permitidos.

Por ello, aclaradas algunas categorías conceptuales de desconocimiento público, como mujeres, mujeres judías de la ciudad de Rosario, bisnietas de los y las sobreviviente de la shoa nos vemos en necesidad de manifestar nuestro malestar, en tiempos de posverdad y fake news ya queno todo da igual. Tenemos valores, principios y por sobre todo ética personal y profesional.

Nosotras nos liberamos y seguiremos enriqueciendo y democratizando el mundo de forma pacífica, sin muertes ni odio. Ese es nuestro imperativo categórico, lo que nos da sentido a nuestras vidas y a la humanidad toda.

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